¿Qué puedes hacer cuando tus padres te han dejado solo en casa, te mueres de hambre y no hay nada en la nevera? Pues lo mismo que el protagonista de este libro: Llamar a tus mejores amigos y con la ayuda de rotuladores y de los lápices de colores, imaginarte el mejor banquete de todos los tiempos, al que todos los alimentos y tu están invitados.