Alex Cross dejó su ciudad natal y algunas terribles tragedias familiares para vivir una vida mejor con Nana Mama en Washington, DC. No ha mirado atrás. Ahora, su primo Stefan ha sido acusado de un asesinato horrible e impensable, y Cross conduce hacia el sur con Bree, Nana Mama, Jannie y Ali a Starksville, Carolina del Norte, por primera vez en treinta y cinco años. De regreso a casa, descubre una comunidad que alguna vez fue orgullosa y que ha perdido su suerte, y los residentes locales no lo reciben con los brazos abiertos. Cuando Cross entra en la casa de su familia, los horrores de su infancia regresan y se entera de que en realidad no han terminado. Aporta toda su habilidad para descubrir la verdad sobre el caso de su prima. Pero la verdad es difícil de encontrar en un pueblo donde nadie se siente seguro para hablar. Perseguir a sus fantasmas lleva a Cross hasta los campos de caña de azúcar de Florida, donde se ve envuelto en un caso en el que los policías locales necesitan su tipo de experiencia: una serie de asesinatos de miembros de la alta sociedad con escenarios cada vez más espeluznantes. Está persiguiendo demasiados cabos sueltos: un asesino brutal, la verdad sobre su propio pasado y la justicia para su primo, y cualquiera de las respuestas podría ser fatal.