El tratamiento del personaje femenino en la obra de Myriam Warner-Vieyra constituye un testimonio de valor excepcional. La sustitución del prototipo de la mujer víctima por un modelo femenino completamente nuevo, el de la mujer rebelde, ilustra la firme decisión de las africanas de rebelarse contra una situación de marginación sufrida durante demasiado tiempo.