Desde la invasión de Kuwait por parte del Iraq, el petróleo está siendo constante fuente de conflictos, el agua potable se ha convertido en causa de enfrentamientos múltiples y en importante moneda de cambio. En un análisis brillante, Michael T. Klare, experto en seguridad internacional e influyente analista en temas de defensa, predice que el móvil de las guerras futuras ya no será ideológico, sino la posesión de nuestros recursos naturales más preciados y cada vez más escasos. Citando como ejemplos desde los eriales petrolíferos de Asia Central hasta el fértil delta del Nilo, desde las activas rutas comerciales del mar de China meridional hasta las minas de uranio y los yacimientos de diamantes de Sudáfrica, Klare pronostica en Guerras por los recursos que los enfrentamientos políticos de la Guerra Fría están siendo reemplazados por la inmensa y caótica lucha por las materias esenciales, como el petróleo, la madera de construcción, los minerales y el agua potable. Manejando gran número de fuentes, entre las cuales figuran documentos internos de los gobiernos y publicaciones militares e industriales especializadas no accesibles al público en general, Guerras por los recursos considera con fría objetividad la naturaleza cambiante de las conflagraciones bélicas en una era caracterizada por la tensión medioambiental cada vez más aguda y la aceleración de la competitividad internacional.