Con la caída del rey Faruk y la nacionalización de la industria, la familia Lagnado lo pierde todo; cambian los nombres de las calles, los barrios judíos van desapareciendo y la ciudad entera empieza a expulsar la hasta entonces enorme influencia extranjera que hacía de El Cairo un lugar donde se hablaban todos los idiomas, se escuchaba todo tipo de música, se respetaban todas las religiones ... Los Lagnado sienten que es hora también para ellos de planear su salida.