Al introducirnos en la narración de este texto, nos encontramos con que el protagonista del relato siempre ha sentido una inmensa curiosidad por el lugar donde esconden los magos a los conejos que hacen salir de sus chisteras. Decidido a averiguar la verdad, bajo cualquier circunstancia, se hace pasar por el presidente de cierta organización de defensa de los animales y en contra del maltrato hacia ellos por el hombre: la "Asociación de Defensa de los Conejos de Sombrero"; de este modo, consigue la autorización para colarse en una de las chisteras de un mago y va a parar a la isla de los conejos de los sombreros. Lugar desde donde viven todos los conejos con este oficio y, donde consigue por fin la tan anhelada respuesta a su pregunta.