Corrupción política, desastre ecológico, demandas judiciales millonarias y una poderosa empresa química condenada por contaminar el agua de la ciudad y provocar un aumento de casos de cáncer, y que no está dispuesta a cerrar sus instalaciones bajo ningún concepto. John Grisham urde una intriga en la que se reflejan algunas de las principales lacras que azotan a la sociedad - la justicia puede ser más sucia que los crímenes que pretende castigar.